Desde sus originales como disciplina autónoma a comienzos del s. XX, la evolución temporal de la función financiera ha de contemplarse paralelamente a la evolución, desarrollo y comportamiento de las empresas y mercados, y los avances doctrinales producidos en materia económica.
Durante la primera mitad del s. XX se desarrolla el “enfoque tradicional” de las finanzas, marcado por hechos tan determinantes como la primera guerra mundial, la crisis económica del ’29, la depresión de los ’30 y la segunda guerra mundial.
Los años cincuentas marcaron el inicio del estudio analítico de las finanzas, centrándose el interés de los problemas internos de la financiación empresarial; se trata de dar respuesta tanto a las nuevas necesidades que plantea un entorno cada vez más cambiante, complejo e incierto, como a los cambios experimentados por la organización interna de la empresa. En estos años surgen las aportaciones que revolucionaran la visión de las finanzas existente en aquellos tiempos, y que configuraron los pilares del “enfoque moderno” de las finanzas: el debate acerca de la estructura financiera de la empresa y la política de dividendos, con los trabajo de Franco Modiglan y Merton Miller, así como las aportaciones de Myron J. Gordon, la Teoría de Selección de Carteras, iniciada por Harry Markowits y el Teorema de Separación de James Tobin, el modelo de valoración de activos financieros (Capital Asset Pricing Model o CAMP), desarrollado por William Sharpe y John Mossin, la Teoría del Mercado Eficiente, con las aportaciones de Harry Roberts y Eugene Fama, la Teoría de Valoración por Arbitraje, de Stephen Ross, y el Modelo de Valoración de Opciones, con la importante contribución de Fischer Black y Myron Acholes, entre otros.
En los años 70 se producen un cambio de paradigma en el pensamiento económico. El llamado Nuevo Institucionalismo Económico agrupa corrientes y programas de investigación diversos pero interrelacionados, que han determinado la evolución posterior de la teoría financiera. El nuevo contexto de las decisiones financieras viene marcado por el “enfoque contractual” o de la Teoría de los Contratos Financieros, en cuyo seno se desarrolla la Teoría de la Agencia. En el marco conceptual de esta teoría, la empresa es una mera ficción legal que sirve como nexo de relaciones contractuales entre los distintos agentes económicos, caracterizándose por la existencia de derechos residuales divisibles sobre los activos y los flujos de caja generados pos la empresa. Pioneros de esta teoría son los trabajos de J.C. Jemsem y W.H. Meckling, que sientan las bases de capitales, entre ellas la Teoría de la Información Financiera y la Teoría de Señales. Entre los muchachos economistas que han contribuido con sus trabajos al desarrollo de este enfoque cabe destacar a Joseph E. Stiglitz, James A. Mirless y William S. Vickrey.
Hemos alcanzado el s. XXI, y muchos son ya los hechos que han provocado que el interés de las finanzas se centre en aspectos nuevos y no considerados hasta ahora. En lo poco que llevamos de siglo, diversos hechos económicos y fenómenos sociales han repercutido de forma crucial en el mundo financiero, hasta el punto de que prácticamente podemos afirmar que se esta produciendo una nueva visión de las finanzas empresariales y del mercado. Algunos de estos hechos son:





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